Me gustaría comenzar esta reflexión comentando que siempre
he estado a favor de las redes sociales, me considero una aficionada a este
mundo de facebook, twitter, tuenti… pero, cuando nos referimos a menores,
quizás, mi perspectiva deja de estar tan a favor, o al menos no estaba a favor
hasta ahora.
Las tecnologías de la información y comunicación y en
concreto internet se han convertido en un “territorio” de los jóvenes de muy
temprana edad, en el cual se pasan información, la buscan, se comunican, crean,
descubren.
Todo esto parece más que positivo, pero sin una buena información
de cómo hacerlo y sobretodo de cómo conservar su privacidad y de las
consecuencias que podría tener no conservarla se puede convertir en un arma de
doble filo.
Me gustaría que nosotros como futuros docentes enseñásemos
los beneficios de internet y las redes sociales en particular, del provecho que
se les puede sacar a estas. Y por qué no, trabajar estrategias educativas y
sociales para que los menores tomen decisiones responsables cuando se pongan
frente a la pantalla, al igual que en cualquier ámbito de la vida cotidiana.
No sólo debemos enseñar matemáticas, historia, lengua,
inglés… ahora es necesario y urgente informar y educar a nuestros alumnos en un
nuevo mundo, no un nuevo mundo futuro, sino un mundo actual que demanda de los
jóvenes y niños a esta realidad virtual en la que nos movemos.
La solución no está en castigar o prohibir a los niños y
jóvenes, sino en educar por parte de los docentes, sin olvidarnos de la
colaboración y la supervisión por parte de los padres.


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